Puente de Ramacastañas

Por José María Santamaría

 
Puente de Ramacastañas

Puente de Ramacastañas

Situado sobre la ctra. N-502 sortea el río Ramacastañas, a la entrada de la aldea que comparten el mismo nombre. Se yergue a su vera la iglesia-fortaleza de la virgen del Rosario (s. XV) con una espadaña con matacanes. Desde la orilla más próxima a la iglesia-fortaleza, Unas escalerillas de piedra nos adentran casi en el cauce del mismo río. Proseguimos con las palabras publicadas en la guía de la zona por el que suscribe: “El son de las aguas, encrespadas y turbias, se entreteje con el tableteo de las ruedas al surcar el asfalto sobre el viejísimo puente de sillería (s. XVIII) jalonado de sendos arcos carpaneles y varios espolones o tajamares” (“El Valle del Tiétar, jardín de Gredos”, Ediciones La Librería)
Más singular es el impagable espectáculo que se puede disfrutar dos veces al año (en Junio y entre Octubre y Marzo): Vacadas de cientos de reses trashumantes colapsan durante unos minutos la N-502 en este mimso lugar. Caminan en pos de los pastos de la trasierra abulense (en verano) y a las acogedoras dehesas extremeñas (en invierno). No en vano, en 1477 Ramacastañas era el 7º portazgo (o peaje) de España por volumen de ingresos: Nada menso que 269.412 cabezas de ganado hollaban estas aguas al cabo del año.