Talavera de la Reina
Talavera pasó a denominarse con el añadido “de la Reina”, el 24 de junio de 1328, cuando el rey Alfonso XI de Castilla al contraer matrimonio con su prima hermana María de Portugal, le regaló la ciudad.
Famosa desde hace siglos por su cerámica, posee un rico Patrimonio Histórico Artístico con tantas cosas que contemplar, que difícilmente pueden ser vistas en una única visita.
Entre las elementos más importantes merecen mencionarse:
La Basílica de Ntra. Sra. del Prado (s XVI-XVII); la Iglesia de Santa María La Mayor (La Colegial) (s XII) de estilo gótico-mudéjar, con magnífica portada, torre, un rosetón impresionante y un gran retablo; la Plaza del Pan, donde se encuentra el palacio Arzobispal (s XVII), El Teatro Victoria, antiguo corral de comedias del s. XVII con fachada de llamativo color amarillo y motivos cerámicos de Ruiz de Luna y Guijo. El Puente Viejo o de Santa Catalina; el Puente de Hierro; el Parque de la Alameda, con motivos de cerámica talaverana; el Museo Ruiz de Luna, que alberga cerámicas de los siglos XVI al XXI; las murallas y torres albarranas; y la impresionante iglesia renacentista de San Prudencio, del siglo XVI, recientemente abierta después de su restauración.
El puente colgante denominado Castilla La Mancha, provoca el asombro de los visitantes, por sus dimensiones, porque costó más de 73 millones de euros de dinero público, porque es el más grande de España y porque no lleva a ninguna parte. En cualquier caso, merece la pena verlo porque es un prodigio de ingeniería que cruza el río Tajo.